El presente post debió
aparecer ayer 6 de Enero de 2018, tal cual fue prometido. La imposibilidad de
hacerlo efectivo estuvo motivado a fallas técnicas. Agradezco las disculpas del
caso.
Las líneas que a continuación
se transcriben, constituyen un conglomerado de diversas notas que se encuentran
en proceso de estructuración, a los fines de ser publicadas como un libro sobre
esta entidad. El anuncio de su publicación se hará por este medio, entre otros.
<Èşù Elègbará, nombre este que se ha traducido
como príncipe mensajero de los que viven en Egbá, y quien también es llamado
Elegba por los nativos de Benín, es de las entidades yorùbás a quien se le ha
dirigido una significativa aceptación y su consecuente reconocimiento, solo
comparable con la de Olódùmarè (el único y supremo Dios de los yorùbás)
Para muchos el lugar de origen
de Èşù es Kètu, que fue una de las antiguas ciudades y uno de los 16
reinos originales fundados por los
descendientes de Òdûdûwá,
y que posteriormente formara parte del reino de Dahomey.
En opinión y consideración de
otros, proviene de territorio nigeriano, específicamente de Ofa. Pero la gran
mayoría de los criterios ubican su surgimiento en Owu (Olowu).
Su culto y adoración no solo
queda circunscrito a los lugares mencionados, pues el mismo se diseminó en
importantes centros: Ife, Ibadán, entre los Egba, Awori, Egbadó, y sobre todo
en la ciudad de Iworo.
Después de esta corta
explicación sobre su origen geográfico, pasemos a ver quién es Èşù.
De las entidades yorùbás a
quien se le atribuyen, en mayor proporción, excelentes y al mismo tiempo
pésimas virtudes es a Èşù.
Los dones que posee, que se
inclinan a veces hacia lo provechoso e inmediatamente hacia lo nefasto, han
hecho que su culto, en muchas oportunidades, se fundamente en el temor, y que
para otros se apoye en vista a que se le considere un alto benefactor.
Pero en la mayoría de los
casos se mantiene una errónea concepción de lo que representa esta entidad
tanto en la religión, como en la vida de los seres humanos.
Hay que recordar que en la
religión del pueblo yorùbá existe la creencia de la existencia del bien, más no
de la presencia del mal.
Para hacer más accesible al
entendimiento este principio podemos decir que la visión yorùbá de la vida esta
circunscrita a una bipolaridad (2 polos): uno positivo y otro negativo, y que
la definición de cuál será el que recibiremos en determinado momento va a
depender de un tercer componente que actúa como fuerza motora; y ese no es otro
que Èşù.
Veámoslo con un ejemplo
gráfico:
Èşù se encuentra sobre la
línea o balancín de nuestra vida junto con lo positivo y lo negativo; ese
balancín o línea hará una inclinación a cualquiera de los dos lados,
facilitándonos el acceso a lo uno o a lo otro en dependencia al impulso que
nosotros mismos le demos a él, ya sea con nuestra acción o con una omisión de
propia parte.
Por lo tanto Èşù será esa
fuerza, la potencia, que permitirá en definitiva, con la más estricta seguridad,
que un beneficio nos abrigue o que una sombra nos cubra.
Pero, ¿Cómo es posible que
esto nos suceda? Una cualquiera de las 2 posibilidades se materializará como
consecuencia del ejercicio que efectuemos al pie de esa entidad en procura de concretar
lo positivo, o por el contrario, en la negativa de actuar según el o los
consejos dados y permitir que lo negativo nos persiga.
Esto se debe al simple, pero
poderoso hecho de que a Èşù se le conoce como “el Padre de los Sacrificios” (Èşù
Bara Baba Ebo) por ser el encargado del traslado y distribución de los
distintos sacrificios hacia los múltiples Òrìşàs, una vez que
ha tomado su parte.
De ahí la
importancia de desechar las ideas de que Èşù es un niño juguetón y
pícaro, o que constituye un simple recadero, que es una entidad maléfica y
diabólica, o que sea un vagabundo o mendigo que deambula por las calles.
Èşù, comparándolo nuevamente
con el sistema de funcionamiento de una balanza, vendría a ser el “pilón” que
la inclina hacia lo negativo, o su vez el “contrapeso” que nivela hacia lo
positivo y el equilibrio.
No darle el valor justo a su
importancia y magnitud dentro del sistema religioso yorùbá es, además de evitar
el entendimiento real, menospreciarlo y propiciar su falta de apoyo, de donde
dependemos, en las presentes y futuras acciones de nuestras propias vidas.>
La imagen
presentada en esta publicación fue obtenida del espacio web que detallo a
continuación:
www.gslunis.org
Las fotografías e imágenes usadas en este Weblog tienen una función orientadora y de simple ilustración. Las hay de propiedad personal del administrador del blog, así como otras las he obtenido de distintas páginas web y blogs existentes en Internet. En conciencia de que muchas poseen copyright, y ante la posibilidad de un reclamo por parte de su propietario, mucho le agradecería a sus titulares se sirvan entrar en comunicación con mi persona si desean que efectúe la eliminación de las mismas de mi espacio.
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2 comentarios:
¿¿ En resumen , Echu es el mensajero entre la persona y el santo al cual se le pide ??
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