lunes, 12 de marzo de 2018



Llegan los primeros esclavos yorùbás al continente americano, y con ellos la creencia en los Òrìşàs y los Ebora.
No existiendo una libertad para el culto de sus entidades, pues no fueron traídos para adoraciones religiosas, sino para trabajos de explotación, sería poco lo que se hablaba entre ellos sobre sus creencias.
Sin sus fundamentos y asientos de entidades, en un mundo nuevo, careciendo de sus utensilios religiosos, con una vegetación fuera del alcance y con especies nuevas y desconocidas, poco sería su trabajo práctico espiritual.
Cada grupo trataría de mantener los secretos de sus respectivas entidades, a pesar de que los yorùbás eran mantenidos dentro de las paredes de un mismo Cabildo de Nación, apartados de los congos, de los araras y otros más.
Debieron esperar más tiempo para recomponer los fundamentos de sus  Òrìşàs y Ebora con elementos del nuevo mundo, pero la denominación continuaría siendo la misma por muchísimos años.
Cada entidad era agasajada y consagrada con los rituales más puros, pero ese conocimiento era poco difundido a los negros criollos (hijos de africanos pero nacidos en América).
Pocas ceremonias de consagración religiosa se deben haber efectuado durante los primeros tiempos del establecimiento de la raza negra en este continente.
El hermetismo mantenido por los yorùbás concentrados dentro los distintos Cabildos de Nación mantendría con recelo los secretos de la religión por cientos de años desde su llegada al Nuevo Mundo.
Es posible que con posterioridad a la muerte de los ancianos que fundaron los primeros cabildos, el surgimiento de las Cofradías por parte de los negros criollos y la llegada de nuevos yorùbás que venían con una mayor influencia del islamismo y el cristianismo desde la propia África, sean los motivos que permitieron un cambio de denominación a las entidades.
Los que eran llamados Òrìşàs, pasaron a ser denominados Òrìşàs Funfun; los Ebora pasaron a ser catalogados como Òrìşàs Pupa (pupuá)
¿Por qué desapareció la palabra Ebora? No lo sabemos; este término no existe en los modernos diccionarios de lengua yorùbá. Es posible que fuera un vocablo utilizado solo por algunos grupos dentro de sus localidades.
El transcurso de los años hizo que las denominaciones de Òrìşàs Funfun y Pupa también fueran perdiéndose para llegar a la de Òrìşàs y Òòşàs, que poco se mantienen en estos días.
En la actualidad solo se habla de Òòşàs; no se hace distinción entre ellos, y las que se hacen son basadas en vocablos inventados; se confunden en un solo cuerpo a ciertas entidades que no entran en las categorías de Òrìşàs.
¿En que repercute esta errónea clasificación? En el simple hecho de que entidades que no son susceptibles de ser fundamentadas y entregadas, hoy sean objeto de consagración y que otras muchas no sean incluidas en la clasificación correspondiente o pasen a ser colocadas en otros puestos.
Se debe hacer un estudio profundo de cuales entidades son Òrìşàs, cuáles eran consideradas Ebora y que otras entidades existen dentro de la religión yorùbá.


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read more "Òrìşàs y otras entidades (III)."
 

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