jueves, 1 de octubre de 2015


Nicolás Valentín Angarica "Obá Tolá"

Una amiga, en su condición de Olosha, en muchas conversaciones me dice, refiriéndose a la religión: “… esto va a caducar…”. Hasta cierto punto tiene razón, pero no tomando la acepción de la palabra en el sentido de que los principios y secretos de la religión posean una corta duración en el tiempo, sino que todo lo referente a ella se ha venido estropeando o deteriorando en un plazo de tiempo.
Y eso es lo que ha sucedido con el sistema divinatorio del Ẹrìndínlõgún (diloggún), haciendo la acotación de que tal fenómeno es producto de la desidia y flojera de muchos Oloshas y Oriaté así como la “sabiduría” y “grandeza” de otros.
Ahora bien, ¿Por qué me estoy refiriendo a esto? Simplemente por la pobreza y desviación de los Registros y de los Itá de Osha que se vienen efectuando cada día en muchas partes, donde se “interpreta” la voz de los Oshas, pero no a través del lenguaje propio y particular del Ẹrìndínlõgún, sino con el contenido de los Odù de Ifá. Hago insistencia (como lo he explicado en mis publicaciones de este mismo Blog en fecha 09-02-2009 y 02-11-2012) en que las Letras del Ẹrìndínlõgún no expresan lo mismo que los Odùs Ifá.
Desde hace bastante tiempo se viene produciendo en muchos sitios (Cuba, Puerto Rico, Venezuela, etc.) que los Oloshas cuando se les pregunta por una Letra de los llamados “Caracoles del Santo”, se remiten a mencionar las prescripciones que hace Ifá mediante sus Odùs, haciendo en muchos casos interpretaciones erróneas de estos. Incluso muchos Awos, queriendo dar consejos a Iyawos y Oloshas, les preguntan por las letras obtenidas en su Itá de Kari-Osha, y hacen una conversión de las Letras del Ẹrìndínlõgún a los Odùs Ifá para así poder hablar; un ejemplo típico es el caso de que una persona tenga como letra en su Osha de Cabecera la letra Oddí Tonti Eyeunle (7-8) y entonces el Awo le dice: “usted tiene Edigbere en su Ángel de la Guarda” (sic).
Y es que debemos tener claros 2 principios: Primero, no hay ningún sustento, ninguna prueba, ningún aval, ninguna norma religiosa ni en el Ẹrìndínlõgún como tampoco en los Odùs Ifá que dicha conversión se pueda efectuar; y segundo, las letras, signos u odùs del Ẹrìndínlõgún bajo ningún respecto se pueden leer de manera doble, es decir mediante la lectura de 2 letras. (Esto tampoco existe en los Odùs Ifá, pues cada uno de los 256 odùs es un solo cuerpo, no la composición de 2).
Y es el caso que por lo general los Oloshas son los más acérrimos defensores de sus “Ramas de Santo” y de sus Casas o Templos de Origen, de sus largas tradiciones ancestrales, pero nunca sustentan fehacientemente porque ejecutan esa práctica de interpretar letras del “diloggún” por medio de odùs ifá.
Pero eso no es todo. Hay una serie de hechos, que ha dichos Oloshas no les gusta mencionar en estos casos, que si echan por tierra la incorrecta práctica de su particular lectura del Ẹrìndínlõgún, y que voy a detallar mediante una anécdota propia.
Hace unos cuantos años una Olosha, con cierta confianza personal, me preguntó (siendo todavía yo una persona sin consagraciones mayores) como podría ella aprender a consultar con el diloggún; en base a mi experiencia de la época le recomendé que comenzara primero leyendo el libro “El Manual del Oriaté” de Nicolás Valentín Angarica, para que tuviera una idea base y que posteriormente se acercara a sus hermanos de Osha u a otra casa reconocida y que mediante las libretas de santo, la presencia en itá de kari-osha fuera recopilando información de cada signo o letra del sistema oracular.
Para gran sorpresa mía obtuve como respuesta: “… mi amigo, ese libro no sirve: ahí todos los signos, si son Okana, o Eyeunle o lo que sea siempre dicen lo mismo; ahí todo es repetido” (sic).
Para los que son poco entendidos en la historia cubana de la religión hago una aclaratoria sobre los hechos de los cuales no les gusta hablar a los Oloshas que utilizan mal el oráculo del diloggún: Existió en la Habana, Cuba, hacía los últimos 25 años del siglo XIX una Olosha de supuestamente nombre Ña Rosalía Gramosa Abreu,  (Efúnsè Wáríkondó.) que se unió a otra olosha de nombre Timotea Albear “Latuán” (Ajayí Lewú) y obligaron a un Olosha de nombre Octavio Samá (Obadimeyi) a repetir la Ceremonia de Kari-Osha, pues ellas no se la reconocían, pero luego de efectuarle la segunda se dieron cuenta que realmente el sujeto estaba realmente consagrado. Posteriormente Octavio Samá fue instruido por Timotea Albear “Latuán” como Oriate. Al transcurso de los años este Octavio Samá “Obadimeyi” consagró en Kari-Osha a Nicolás Valentín Angarica “Obá Tolá” y le dio las directrices del oráculo del diloggún para que trabajara como Oriaté.
Posteriormente Nicolás Valentín Angarica pasa a ser el primer Olosha cubano que escribe un libro explicando ciertos fundamentos y principios de la religión, según lo aprendido por él en su ciudad natal de Matanzas, más lo aprendido en la Habana con su padrino Octavio Samá.
Todo esto nos conduce a la conclusión de que lo expuesto en libro “El Manual del Oriaté” es una pequeña parte de las tradiciones adquiridas por Nicolás V. Angarica a través de sus antecesores Efúnsè Wáríkondó, Latuán y Obadimeyi.
Pero hay un dato por demás interesante: Efúnsè Wáríkondo, es conocida como “La Reformadora de la Religión” (sic) pues fue ella quien puso la práctica de tirar dos veces el diloggún o caracoles para conseguir una letra compuesta, entre otras cosas que no se hacían.
Ahora bien Nicolás Valentín Angarica establece en su propio libro: “Teniendo en cuenta que la letra que viene delante es la que predomina y es la que tiene la potencialidad del astro que le está rigiendo a usted en bien o en mal, en ese momento, que lo mismo puede ser días que meses o años. Y es por lo que la primera letra del Oddun siempre le dice lo mismo. Ejemplo: Ejioco (2) SIEMPRE LE DICE LO MISMO desde Ejioco Ocana (2-1) hasta Ejioco Metanlá (2-13), pero fíjese que el que dice siempre lo mismo es Ellioco, y varían en las conversaciones la letra que acompaña a Ellioco sucesivamente en cada Oddun”.
Conclusión de todo lo explicado:
1º La tirada o lanzamiento dos (2) veces del Ẹrìndínlõgún fue una disposición particular (por decirlo caballerosamente) de Ña Rosalía Gramosa Efúnsè Wáríkondó, es decir fue una innovación practicada por ella a partir de un cierto período, pero no es ninguna norma o institución religiosa real.
2º Algunos de los descendientes de “La Reformadora de la Religión” (Nicolás Valentín Angarica) estaban claros y convencidos de que lo que “vale” para interpretar el Ẹrìndínlõgún es el primer lanzamiento de los mismos, que es el que siempre va a hablar, y si se hace un segundo lanzamiento, “creará” ciertas variantes.
3º El Ẹrìndínlõgún habla sus letras particulares, pero nada tiene que ver con el contenido de los Odùs Ifá.
4º La sabiduría, los conocimientos, el contenido, los dictámenes del Ẹrìndínlõgún SE HAN PERDIDO, esa tradición ancestral SE HA IDO y es muy poco el legado que de la misma nos queda Y NO PODEMOS PERDERLO.

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