Les hago llegar un caluroso mensaje de Año Nuevo 2015 a todos los lectores de este Blog, el cual inicia el
presente año con más de 100 seguidores formalmente registrados y más de 300.000
vistas a sus páginas.
Hoy, como primer día del año, numerosos cultores de la Religión Yorùbá se
abocan en la búsqueda de las predicciones y resultados obtenidos en el registro
de La Letra del Año con los fines se seguir las indicaciones que se prescriban.
Ya en pasadas oportunidades he hablado de ciertas complicaciones que se
presentan a la hora de guiarse con respecto a la Letra del Año.
Sin ánimos de crear diatribas, discusiones y conflictos, busco con las
siguientes líneas orientar sanamente a aquellas personas que apelan a las redes
sociales en su interés de obtener esa guía que les marque un camino en el año
que recién comienza.
Comenzaré explicando, de la manera más breve y sencilla, en qué consiste el
registro de la Letra del Año.
La tradición de Los Yorùbás, pueblo profundamente religioso, busca a través
de sus herramientas espirituales la solución a los problemas de índole terrenal
y material mediante la guía que le puede otorgar su Deidad y las Entidades
acompañantes.
Es así como dentro de la Liturgia Yorùbá existe el procedimiento para
obtener un Registro Especial que sirva como orientación en que acciones se
deben tomar para el mejoramiento de las situaciones que se vivan en un espacio
físico, es decir un registro que sirve para investigar lo que va a suceder y
las acciones que debemos tomar para minimizar los efectos negativos y sacar
provecho de lo positivo que estará por suceder dentro de ese territorio.
Ese tipo especial de registro está contenido dentro del ámbito de Ifá y
nace en un Odù Ifá específico (no en una letra del Erìndínlógún o Ẹrindinlõgún u Oráculo del Caracol) que dentro de
su corpus nos narra las razones y motivos por los cuales se procedió a
dictaminar el proceso por medio del cual se hace, las Entidades intervinientes,
el procedimiento preparatorio y quiénes son las Entidades que hablan al momento
de efectuarse el registro en sí.
Como podemos
observar la Letra del Año es un registro especialísimo que va a involucrar
dentro de su espectro no a un ser humano; todo lo contrario “va a hablar” en
relación de un país o territorio, y como consecuencia inmediata donde coexisten
muchos seres humanos que se verán influenciados por “lo que se determinó para
ese espacio en un tiempo específico”,
pues el Odú que se obtiene “hablará” de
lo que va a suceder en un espacio físico en especial, lo cual influirá en todos
los que se mantienen en él o se apersonen en el mismo. Por ello es que La Letra
del Año, en menor o mayor proporción nos “afectará” a todos.
¿Qué se quiere
decir con esto? Nada más y nada menos
que la Letra del Año va a aclararnos que pasará dentro de un ámbito
territorial, pero que a su vez influenciará en la espiritualidad y materialidad
de quien se apersone en ese espacio físico.
Ahora bien,
tal registro es para un territorio, un país, un espacio físico, que por su
alcance va a ejercer influencia sobre todos los seres humanos… ¿Cómo se
debe actuar en tales circunstancias?
Es aquí donde
el procedimiento es distinto: lo que marque el Odù Ifá que se obtenga “habla”
es con el territorio principalmente, y por lo tanto las obras o ébbó deben ser
marcados es para el país o territorio y no de manera personal para quienes en él
vivan.
Veamos un
ejemplo, para mayor facilidad de comprensión: se efectúa un registro de Ifá
para determinar por qué se sienten perturbaciones en una casa; el odù que se
obtiene nos indica que el espíritu de un difunto es quien produce las
perturbaciones; como se hizo el registro para esa Casa o espacio físico, el ébbó
que se marque debe ser para efectuarse en esa casa, pues allí es donde se
encuentra el espíritu perturbador, pero no se le hace la obra a las personas
que habitan en esa casa, pues el espíritu no está “apegado” a ellos sino al
espacio físico.
Estamos claros
que dependiendo del Odù Ifá que se obtenga en una Letra del Año, también
deberán en muchos casos marcarse obras y ébbó para que sean efectuados por los
habitantes de ese territorio, pero lo primordial es hacer trabajos para anular
los malos efectos o encaminar el desarrollo, sea que venga ire u osobbo, en el
país de que se trate.
En resumen, el
Registro de la Letra del Año busca determinar cómo se va a desenvolver ese año
que está a punto de comenzar, cual es la problemática que va a afectar al
territorio o país y que se debe hacer para lograr la prosperidad y un buen
desenvolvimiento en todo ese espacio.
También es
importante estar en conocimiento que la Letra del Año es un registro que se
efectúa sobre un aspecto específico sobre el cual va a girar la investigación;
lamentablemente con los años los Awos de todas partes del mundo se centran en
dar lectura a otros aspectos, apartándose del sentido y fin original del
registro, lo que hace más complicada y dificultosa una real interpretación del
Odù Ifá obtenido; incluso hay unas cuantas Casas de Ifá que extienden el
registro haciendo consulta sobre otras áreas, como ellos mismos las denominan,
llegando a preguntar hasta sobre 6 y 7 aspectos más.
Esperemos que
las distintas Letras del Año que se determinen en todos aquellos territorios,
donde los Babalawos se han asentado, sean positivas, vengan en Iré y que
prometan un buen desarrollo, para beneficio de todos los miembros de esas localidades.
Que Ifá nos
cubra con su sabiduría y nos otorgue grandes beneficios.
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