viernes, 1 de julio de 2016

“PIRATAS” DE LA SANTERÍA.



Lo que quiero relatar o explicar en este post no es nuevo, pero el rumbo que está tomando si lo es, y es mucho más grave.
No es extraño ni ninguna novedad que muchos Oloshas (santeros) y hasta Babalawos sean considerados “Piratas Religiosos”, es decir grandes desconocedores de la liturgia yorùbá que solo inventan, modifican y adaptan la forma de efectuar los registros y los consejos que dan así como los ebboses que marcan.
Ya en publicaciones anteriores y recientes he dicho que la religión yorùbá no se practica fumando tabacos ni leyendo cartas o barajas, ni recibiendo “revelaciones” de espíritus.
Ahora se ha puesto de moda es decir que lo que se “ve” en el tabaco, o lo que “dicen” las cartas, es muy feo, es horrible lo que puede suceder, que ni siquiera salgas de la casa, que la muerte está rondando buscando llevarse a alguien…pero a fin de cuentas no dicen nada de lo que está viviendo la persona, de lo que le está sucediendo y para colmo no marcan una nueva obra o ebbo sino que te mandan a efectuar uno que tengas marcado en un Itá anterior, y en el peor de los casos te remiten a casa de otro sacerdote “…porque lo que tienes es muy fuerte, y eso no lo puedo trabajar yo…”(sic).
Aunado a todo esto también es nueva modalidad en los Oba u Oriate, recriminarle a los nuevos Iyawo que “dejaron atrás” a los espíritus de las cortes venezolanas, “que dejaron atrás al muerto”, que se debió jurar en el palo mayombe, que no debía hacerse santo o que no nació para ello, que debió coronársele otro Santo, que ya la persona no podrá arreglar sus problemas porque concurrió a la ceremonia demasiado tarde… ¿y me pregunto yo: si un Oriate es quien dirige todas las ceremonias, como no se dio cuenta con antelación de estas anomalías?
Es lógico que esto suceda porque también a los Oriate se les ha acabado el repertorio y las madrinas y padrinos se dan cuenta que a todos su Iyawoses les dice lo mismo, pues no leen Ẹrìndínlõgún y solo falsifican lo que dicen los Odù de Ifá, materia esta que desconocen y no saben interpretar pues no están consagrados para ello.
Pienso que ya se les acabo el repertorio a estos “piratas religiosos”, aunado a la mala situación económica que se vive en Venezuela, lo cual no les permite recomendar consagraciones religiosas, recepción de oshas y orishas, pues saben que es difícil que el pobre neófito pueda reunir el derecho así como la imposibilidad de la compra de todos los menesteres necesarios.
Es posible que disminuya, por una parte, el “marcaje” de recibir “Oshas de Addimú” (que en el 99% de los casos ni ayuda ni resuelve la problemática del mal denominado Aleyo), pero lo preocupante es que nuevas modalidades o inventos se pondrán de manifiesto.
Si ya constituía un problema la determinación de coronar santo o recibir entidades según lo que manifestaba “un tabaco bien fumado”, las “especiales cartas que nunca mienten” o “el muerto que todo lo sabe, todo lo ve y todo lo dice”… ¿Qué más podrán adicionarle artificialmente a la religión de los yorùbás?
No quisiera dar ideas a estos improvisadores, pero no es de extrañar que nuevamente se pongan de moda (como sucedió en años anteriores muy pocos casos) ceremonias de menor cantidad de días, fundamentos incompletos (o vacios), ceremonias consagratorias sin la inmolación obligatoria de animales, etc., etc.
A lo mejor hacen un gran viraje hacia el espiritismo que se practica en Venezuela y entren nuevamente en boga el ejercicio de sus rituales, preparación de amuletos y talismanes, así como las sanaciones y curanderías propias de esa práctica.
Lo alarmante es que se continuarán llevando a cabo cualquier cantidad de disparates que perjudicarán a quienes con fe acuden a una de estas “casas religiosas” donde juegan y hacen malabares con algo tan delicado como la espiritualidad de las personas.
Pero es importante recordarle a los “Oloshas y Babalawos de parches en el ojo” que tanto las escrituras religiosas del Ẹrìndínlõgún y de Ifá, hacen advertencias a sus respectivos sacerdotes sobre la mala práctica, la desinformación, el no decir la verdad, el ejercicio falso de un cargo religioso, y que su falta de cumplimiento acarrea distintos castigos.

La imagen presentada en esta publicación fue obtenida del espacio web que detallo a continuación:
www.diasporayoruba.blogspot.com
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1 comentarios:

Anónimo dijo... at 21 de enero de 2017, 8:08 p.m.

Interesante reflexión, por años he estado llamado a la religión. Sin embargo, cuando visite en años anteriores a Babalawos, me dijeron mucha información tan incierta y poco acertada que me dejo mas que fe, muchas dudas y desconcierto.
Después te tantos años, he vuelto a visitar un Babalawo. Me consulto y me sugirió unas obras, lo vi una persona seria... Voy a realizar las obras con fe y voy a darme la oportunidad para confiar, aunque suene contradictorio. Ojala hubiesen algunos indicadores para detectar la falta de seriedad y el verdadero compromiso religioso de las personas.
Agradezco la atención.

 

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